Hacia alta mar
Entre lo móvil y lo aparentemente inmóvil la velocidad difunta de una estrella y en el aire la plata de un pez quemada por la oscuridad. Tarde pasa la muerte tras de su imagen tarde nosotros por la antigüedad del mar señales en nuestro final naciendo sólo señales. Nada hace pie nadie ha llegado el universo sucede antes de su instante.
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El poema de ayer, sin título, es de Seamus Heaney (Castledawson, 1939), de su libro Cadena humana, editado en 2024 por Salta el pez. La traducción, audaz y a mi entender buenísima, es de Paula Galindez.
El libro no tiene ninguna información del autor, ni solapa, ni biografía. Tiene un glosario al final que no leí. Leí los poemas sin conocerlo y me entero ahora, al googlearlo para poner su fecha de nacimiento acá, que ganó el Nobel de Literatura en 1995, dato que Salta el pez omitió con quizás tan buen gusto como mal marketing en la contratapa. Todo esto para decir que leer el libro sin datos del autor se pareció bastante a jugar al juego del newsletter con vos, y lo disfruté más de lo que, imagino, lo habría hecho de saber que estaba encarando la lectura de “un Nobel”.