El hombre que oculta el brillo y cultiva la oscuridad
Voz en off para el artículo
En la foto pequeña que los taxistas cuelgan como un talismán del espejito, en el mural pintado bajo una recova o el póster barato comprado sobre un puente, viste ese año la cara del hombre sin brillo, la cara sin brillo con su sonrisa helada. En la mirada de los burócratas nostálgicos que caminan al atardecer entre la multitud por las calles en torno del palacio vacío, en la voz de los vendedores de baratijas y el humo de los fumadores silenciosos, viste la cara y viste también a esos hombres siguiéndola hechizados igual que un niño que mira en un vaso las hojas lentas de té. La viste en calcomanías, tatuajes y remeras ese año, y pensabas en algo, en alguien. En quién o en qué: es lo que ahora no podés recordar.
.
.
.
El poema de ayer, sin título es de Paul Celan (Chernivtsi, 1920), publicado en Umbral en umbral (1955). La traducción es de José Angel Valente y la tomé de A media voz, un blog de poesía de la vieja guardia de Internet. No tengo ningún libro de Celan en papel, pero en su defecto tengo guardado ese link hace como diez años (qué vejez) en mis marcadores, con muchos poemas y muy buenas traducciones.